Nuberos Científica

Números > Volumen 2 Número 14 > Violencia percibida/sufrida por el personal sanitario de un Centro Penitenciario

Violencia percibida/sufrida por el personal sanitario de un Centro Penitenciario

Título

Violencia percibida/sufrida por el personal sanitario de un Centro Penitenciario

Autores

Resumen

Se realiza un estudio observacional transversal con nivel de evidencia IV y un grado de recomendación medio para valorar la violencia percibida/sufrida por el personal sanitario de un Centro Penitenciario.

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que el 75% del personal ha percibido/padecido violencia por un varón, con antecedentes de toxicomanía y/o enfermedad mental y /o sin cita previa. 

La agresión es fundamentalmente verbal, afecta por igual a ambos sexos y se produce en el entorno en el que cada estamento realiza su actividad, siendo el más agredido el de enfermería. Se pone de manifiesto que la notificación del acto violento es escasa.

Estos resultados no difieren de forma significativa con los resultados obtenidos en los Centros de Atención Primaria de la Comunidad.

Su solución debe ser una prioridad, estudiando las causas que lo generan y para ello es necesario concienciar al profesional sanitario de la necesidad de comunicar estos actos violentos, registrarlos, hacer un adecuado estudio epidemiológico y elaborar un “Plan de Prevención y Atención al personal sanitario penitenciario ante incidentes violentos”.

Abstract

A cross-sectional research was carried out with evidence level IV and an average degree of recommendation to assess the perceived / violence experienced by health staff of a penitentiary.

The results obtained show that 75% of staff perceived / experienced violence by a man with history of drug abuse and / or mental illness and / or without an appointment.

Aggression is mainly verbal, affects equally both sexes and takes place in the workplace in which each category carries out its activity, nurses are among the most assaulted workers. It is also revealed that the act of violence is scarcely notified.

These results aren’t significantly different from thous which have been obtained from Primary Healthcare Centers in the Community.

Its solution should be a priority, studying the causes that create them. In order to do this, there is a need to raise health professional’s awareness of the need to communicate these violent acts, register them, carry out an appropriate epidemiological study and make a “Plan of prevention and attention in dealing with violent incidents for penitentiary health personnel“.

Artículo

INTRODUCCIÓN. ANTECEDENTES Y ESTADO ACTUAL DEL TEMA. JUSTIFICACIÓN

El art. 15 de la Constitución Española, referente a los derechos fundamentales y libertades públicas dice; “todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a torturas ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”. Las agresiones físicas y verbales, abusivas o acosantes recibidas durante el desempeño del trabajo violan este derecho 1.

Por otra parte, durante la reunión celebrada en la sede de la OIT en Ginebra del 8-15 Octubre 2003, el grupo de trabajo conjunto, compuesto por la Oficina Internacional del Trabajo, la Organización Mundial de la Salud, la Internacional de Servicios Públicos y el Consejo Internacional de Enfermeras, dio a conocer las “Directrices marco para tratar la violencia laboral en el sector de salud” publicadas en 2002. Definen la violencia en el lugar de trabajo como los “incidentes en los que el personal sufre abusos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo - incluidos el viaje de ida y vuelta a él - que pongan en peligro, explícita o implícitamente, su seguridad, su bienestar o su salud”. Si bien la violencia en el lugar de trabajo se ha convertido en un problema grave en todos los sectores de servicios, el informe pone de manifiesto que los profesionales de la salud se encuentran entre los que sufren mayores riesgos 2.

Cada vez es más frecuente en España la violencia en el ámbito sanitario y siendo las instituciones penitenciarias un reflejo de la sociedad, no están excluidas de tal violencia. Se desconoce, en este aspecto, la situación en el Centro Penitenciario (CP) y en las bases de datos consultadas (BDENF, CUIDATGE, DOCUMED, ENFISPO, IBECS, IME, LATIDEX, LILACS, MEDEX, PUBMED, TESEO y SCIELO), no se encuentran referencias al respecto con la llamada “violencia Y sanitario Y preso”. Por el contrario, sí que encontramos referencias a la violencia en el trabajo en Cocrane, Cuiden, ENFISPO y Medline, referidas a los Centros de Atención Primaria Comunitarios (CAPC) y servicios de Urgencia en España y otros países.

El estudio realizado entre el 2008 y el 2012 por el Grupo de Trabajo de Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud Español, del que forman parte el Ministerio de Sanidad, las Comunidades Autónomas y los representantes de los profesionales de enfermería, desvela que 9.296 enfermeras han sido agredidas y que este número representa solo el 11% de las profesionales enfermeras agredidas, por lo que el número total realmente podría alcanzar las 82.000 en este periodo de tiempo.

Desde el 2008 al 2011 se registró una tendencia ascendente y en el 2012 un ligero descenso. Desde estas instancias se está reclamando el desarrollo normativo necesario para que las enfermeras

sean consideradas “autoridad pública” y se consiga así reducir los casos de agresiones físicas y verbales que se producen diariamente en los centros sanitarios 3.

El Servicio Cántabro de Salud, referencia para el CP objeto de estudio, registró el año 2013 un total de 88 incidentes violentos hacia el personal sanitario (principalmente enfermeros y médicos), lo que supone un descenso del 20% respecto a los ocurridos en 20124.

El personal sanitario del CP desarrolla su actividad en una institución cerrada, entorno caracterizado desde el punto de vista de la salud, además de los aspectos habituales en la población general, por:

- Personas cuyo ingreso en prisión está relacionado con la violencia.

- Personas que padecen múltiples patologías, en ocasiones no diagnosticadas, ni tratadas o con deficiente o nula adherencia al tratamiento que tiene como consecuencia la existencia de un estado de salud descompensado.

- Personas que precisan de un informe sanitario de estado de salud adecuado para el cumplimiento de sanciones, por la realización de actividades contra el régimen de funcionamiento del centro o conductuales.

- Personal sanitario, con estatus mixto funcionario (autoridad)/ profesional, que puede ser un impedimento en la relación sanitario/paciente.

La espera, la interrupción frecuente, la burocracia, lo no consecución de objetivos personales no relacionados con la sanidad, el desconocimiento de dónde dirigirse ante un determinado problema, afectan al sistema asistencial penitenciario de forma directa o indirecta y consecuentemente al paciente/ usuario. Dicho problema multifactorial no está contemplado en el sistema de gestión sanitario penitenciario, en el que por sus características intrínsecas prima lo regimental y las actividades y programas penitenciarios dirigidos a la rehabilitación y reinserción social del paciente 5.

El desconocimiento de la situación de violencia en el ámbito sanitario de este centro penitenciario y las características penales de las personas internadas en él, justifican ampliamente este trabajo.

 

OBJETIVOS

General.

Analizar la percepción/padecimiento de violencia por el personal sanitario de un Centro Penitenciario.

Específicos.

Conocer el porcentaje de trabajadores agredidos.

Determinar la tipología de agresión/agresor/agredido.

Valorar el conocimiento, uso y resultado del documento de

notificación de actos violentos.

 

METODOLOGÍA

Estudio observacional transversal con nivel de evidencia IV y un grado de recomendación medio.

Para su realización se emplea como herramienta de medida el cuestionario de Cagigas MJ., Ojembarrena S., y Sainz E, utilizado para medir la violencia percibida/sufrida por los profesionalesdel CAPC, modificado y adaptado al CP6.

El cuestionario consta de dos partes, una primera en la que se recogen los datos sociodemográficos del profesional; edad, sexo, categoría, puesto funcional y antigüedad. La segunda parte

está constituida por 16 preguntas cerradas y referidas al último acto violento.

Se realiza inicialmente una prueba piloto entre el personal sanitario, con el fin de adaptar la encuesta a las características de la sanidad penitenciaria y de este CP. Las modificaciones afectan a aquellos ítems que están relacionados con el entorno (Anexo 1).

El tamaño de la muestra en el CP es la totalidad del personal sanitario N=24 (9 enfermeras, 7 médicos, 6 auxiliares de enfermería y 2 administrativos).

Los datos tabulados del CP junto con los datos de los CAPC, son objeto de análisis estadístico con Epidat 3.1 obteniendo su significación, por el método de inferencia sobre parámetros de dos poblaciones con proporciones independientes. (Tabla 1).

 

RESULTADOS

El 75% del personal del CP refiere ser víctima de un acto violento en alguna ocasión.

grafico 1

Gráfico 1. Personal sanitario del C.P. que percibe/padece violencia (%).

En el 89% de los casos la agresión es verbal, el 6% es física, en el 6% de los casos la agresión es de los dos tipos.

grafico 2

Gráfico 2. Tipo de violencia padecida/percibida por el personal sanitario del C.P (%).

En cuanto al lugar en que se produce la agresión, el médico es agredido en la celda y en la consulta fundamentalmente. La enfermera, en consulta, en la distribución de tratamientos pautados y en sus desplazamientos por el CP. El personal auxiliar de enfermería, es agredido en la distribución de tratamientos pautados y en sus desplazamientos. Por último, el personal administrativo refiere no percibir ni sufrir violencia.

grafico 3

Gráfico 3. Lugar en el que son agredidos los diferentes estamentos del personal sanitario (%).

Dentro de la tipología del agresor, en la totalidad de los casos los ocasiona el paciente.

El perfil del agresor es el de un hombre (100%), usuario de drogas (41%), con patología dual (12,5%) y sin cita previa(16,6%).

El perfil del agredido en CP corresponde por igual a ambossexos.

Por categorías las más agredidas en el CP son las enfermeras (89%), seguidas por los médicos (85,7%) y personal auxiliar de enfermería (75%).

El 85% de las víctimas siguen atendiendo al agresor.

grafico 4

Gráfico 4. Personal sanitario que continúa prestando asistencia al agresor (%).

La sensación percibida mayoritariamente por el agredido es la de enfado, seguida de frustración y una asociación de miedo, temor e impotencia.

grafico 5

Gráfico 5. Sensación percibida por el personal sanitario agredido (%).

El 79% del personal del CP tiene conocimiento de cómo notificar la agresión sufrida, de ellos solamente notifica el 45%, recibiendo respuesta el 77% de los casos. En el 90% de los casos, los agredidos han padecido otra agresión por otro autor distinto.

grafico 6

Gráfico 6. Notificación de actos violentos por el personal sanitario (%).

 

DISCUSIÓN

El personal sanitario afectado por violencia y el tipo de agresión no son distintos a los padecidos en los CAPC, lo que indica que la situación de preso no implica mayor riesgo que en situaciones de libertad y que la condición de funcionario/autoridad, no facilita la disminución de la violencia, lo que cuestiona los resultados que se esperan obtener dotando de autoridad al personal sanitario de los CAPC.

El lugar de agresión está en relación con los lugares en que cada uno de los estamentos ejerce su actividad, siendo las diferencias las propias de cada categoría profesional en cada centro.

Es notorio, aunque no estadísticamente significativo debido al pequeño tamaño del colectivo penitenciario estudiado, que exista violencia entre profesionales o violencia interna en el CAPC (12%) que debería ser estudiada en profundidad, dirigida fundamentalmente a mejorar el ambiente laboral y los beneficios que ello conlleva 7.

A diferencia de lo que ocurre en los CAPC en que parece no influir los antecedentes de toxicomanía y de enfermedad mental, el perfil del agresor en el CP corresponde a un paciente, varón, con antecedentes de toxicomanía y/o enfermedad mental y /o sin cita previa. La diferencia significativa (p

El perfil del agredido se corresponde a la proporción de profesionales en cada uno de los centros. Los colectivos profesionales más afectados son aquellos que más se relacionan con los pacientes (Tabla 1). Que existan diferencias entre administrativos del CAPC y el CP se debe a que en el CP los administrativos no se relacionan directamente con los pacientes ya que no realizan sus funciones de atención al paciente en mostrador.

La posibilidad de dejar de atender al agresor en una población cerrada, es sin duda menor que en los casos de instituciones abiertas en las que existe variabilidad de personal, lo que explica las diferencias estadísticamente significativas (Tabla 1) que aparecen en la continuidad de asistencia al agresor.

Las sensaciones producidas son desagradables y sean cuales sean, son causa de estrés y por ello de influencia negativa sobre la actividad profesional, tanto en el CP como en los CAPC.

El número de notificaciones no es el deseable pese a ser superior al obtenido en el CAPC. El desconocimiento de como notificar un acto violento, la lentitud en la resolución, la continuidad asistencial, la interpretación de que el origen de esa violencia

está en el estrés que supone para el paciente su padecimiento, el no saber dónde dirigirse, la antigüedad en el puesto de trabajo, pueden explicar el bajo número de notificaciones.

El registro informático de las agresiones es un recurso eficaz para la investigación epidemiológica. Para ello es fundamental el promover entre los trabajadores la necesidad de comunicar siempre estos incidentes violentos, para que posibilite tener una visión real del problema, de cara a desarrollar políticas preventivas eficaces por parte de la organización 9.

Este problema debe de ser una prioridad en la gestión y para ello es necesario contar con los pacientes/usuarios, con los profesionales, con el órgano de gestión el CP y con los órganos de gestión centrales para conocer las situaciones violentas y la implantación de medidas preventivas que podrían ayudar a minimizar la violencia en el lugar de trabajo como restringir el acceso al público, mejorar las instalaciones, una adecuada asistencia médica, la formación del personal, la inversión en el desarrollo de recursos humanos y reducir los períodos de tiempo en los que se trabaja solo 10.

De acuerdo con la Joint Commission’s Environment of Care Standard, todas las instituciones sanitarias deben tener un plan de seguridad para la protección de sus empleados. El plan debe incluir una declaración de compromiso con la salud y seguridad del personal, los pacientes, los visitantes y la comunidad, así como para la protección del medio ambiente. Se debe elaborar un “Plan de Prevención y Atención ante Incidentes Violentos en el ámbito sanitario penitenciario”, como el que se ha elaborado para el ámbito sanitario de la Comunidad de Cantabria y otras Comunidades Autónomas, con un texto que debe potenciar la prevención en este aspecto y difundir las consecuencias que pueden tener las agresiones verbales y físicas a los profesionales sanitarios 11.

Se hace necesaria la presencia de un plan de profesionales de asistencia, higiene y seguridad en el trabajo que atienda al personal afectado y promueva las estrategias adecuadas de prevención de la violencia.

 

CONCLUSIONES

La violencia padecida/percibida por los profesionales sanitarios del CP es elevada y no difiere con la padecida/percibida por los profesionales sanitarios de los CAPC.

Las diferencias significativas recogidas entre el colectivo sanitario del CP y el colectivo de personal sanitario de los CAPC son debidos a las características temporales de la población privada de libertad internada en este CP.

En el CP se tiene mayor conocimiento de los sistemas de notificación que en los CAPC, siendo baja en ambos.

 

 BIBLIOGRAFÍA

1.- Constitución Española de 1978. Título I. De los derechos y deberes fundamentales. Capítulo segundo. Derechos y libertades. Sección

1ª De los derechos fundamentales y de las libertades públicas. Artículo 15.

2.- Directrices marco para afrontar la violencia laboral en el sector de la salud. 1-4. Organización Internacional del Trabajo OIT. Consejo internacional de enfermeras CIE Organización Mundial de la Salud OMS. Internacional de Servicios Públicos ISP. Programa conjunto sobre la violencia laboral en el sector de la salud. Ginebra 2002. Disponible en: http://www.femi.com.uy/archivos_v/WVguidelinesSP.pdf

3.- SATSE reclama que la Enfermería sea considerada “autoridad pública”. Mundo Sanitario. Abril 2014. 1-3.

4.- Plan de Prevención y Atención ante incidentes violentos en el ámbito sanitario público de Cantabria. Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria. 15/4/14. Disponible EN: http://www.enfermeriacantabria.com/enfermeriacantabria/web/noticias/141/4728?ntotal=636&pag=&t=1

5.- Percepción y utilización de un plan de seguridad corporativa por el colectivo enfermero de un área de salud. Madrid P.J, Luna E, Romero M, Salas M J, Madrid M. Enfermería del Trabajo 2011;1:186-192. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3868082

6.- Violencia percibida y/o sufrida por el personal sanitario y no sanitario de los centros de salud de atención primaria del SCS. Autores:Cagigas M.J. Ojembarrena S. Sainz E. Nuberos Científica. Vol.2, (9).Marzo-Junio 2013; 45-49.

7.- Repertorio de recomendaciones prácticas sobre la violencia en el lugar de trabajo en el sector de los servicios y medidas para combatirla. Autor: Organización Internacional del Trabajo. Programa de Actividades Sectoriales. MEVSWS-R-2003-10-0295-2-ES. Doc. 4.3.2: 15. Disponible en: http://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/gb/docs/gb288/pdf/mevsws-11.pdf

8.- La violencia ocupacional en centros de atención primaria de la salud. Farias, A; Sánchez, J; Acevedo G..Rev. Salud Pública -Arg- | 2012 | Vol. XVI (1):18-26

9.- La violencia contra los profesionales de enfermería en los Servicios de Urgencias. Estudio en los Hospitales de Palestina. Autores: Naji A.; Sánchez-Díaz. R. Nisa A.; Rivera A. Ciber Revista de la Sociedad Española de Enfermeria de Urgencias y Emergencias 2ª Epoca nº9 Septiembre-Octubre 2009. Disponible en: http://www.enfermeriadeurgencias.com/ciber/septiembre2009/pagina3.html

10.- Violencia en el trabajo: prevalencia y medidas preventivas contra las agresiones a profesionales de la salud. Almanzor F.; Martín A.M.; Hygia 2012; 81: 17-23.

11.- Diez estrategias para controlar un comportamiento explosivo. Leckey. D. K.; Nursing 2011; 29(10): 25-27.

ANEXOS

Tabla 1. Violencia padecida/percibida por el personal sanitario del Centro Penitenciario "El Dueso" y el personal sanitario de los Centros de Atención Primaria de Cantabria. Valor de p y significación estadística.

anexos

 

ANEXO 1. CUESTIONARIO PARA LA VALORACIÓN DE LA VIOLENCIA PERCIBIDA Y/O SUFRIDA POR EL PERSONAL SANITARIO Y NO SANITARIO DE LOS SERVICIOS MÉDICOS Y DE ENFERMERÍA EN UN CENTRO PENITENCIARIO.

anexo 1

Fundación de Enfermería de Cantabria. C/Cervantes nº 10 - 5º E-mail: secretariafundacion@enfermeriacantabria.com Tel.: 942 31 97 20 Fax: 942 22 46 31 Aviso legal