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Valoración del informe de enfermería al alta tras la hospitalización

Título

Valoración del informe de enfermería al alta tras la hospitalización

Autores

Elena Rivas Cilleros
Autor/a para correspondencia

Diplomadas en Enfermería. Medicina Interna. HUMV de Santander

elenarivascilleros@hotmail.es

Javier Velasco Montes

F.E.A. Medicina Interna. Hospital San Pedro de Logroño

José Carlos López Alonso

Fisioterapeuta. Hospital Santa Clotilde de Santander

Resumen

El informe de alta de enfermería tras la hospitalización representa una oportunidad para continuar con el cuidado y atención dispensados al paciente durante la misma, pero no están claras las características idóneas de dicho informe ni el grado de satisfacción del profesional de enfermería tanto de Atención Primaria como Atención Especializada. Incluso es heterogénea la actitud del personal de enfermería hospitalaria con respecto al informe.

Los objetivos son determinar la satisfacción del personal de enfermería de Atención Primaria y Atención Especializada con dicho informe: relevancia para su trabajo, utilidad del mismo y establecer posibles puntos de mejora en aras de una mejor atención clínica.

Se realizó un estudio descriptivo, transversal, a través de cuestionario, realizado a  enfermeras de Atención Especializada y Atención Primaria de Cantabria.

Se puede concluir que los profesionales consideran al actual informe poco útil para planificar los cuidados por no reflejar la información que consideran necesaria. Para mejorar esta situación, proponen  poder disponer de más espacio y opciones para dar un enfoque más individualizado que consiga obtener una descripción más precisa de la situación del paciente no sólo en el momento del alta, sino también durante el ingreso.

Abstract

Nursing report after hospitalization represents an opportunity to continue with the care and attention given to the patient during the same one, but there are clear neither the suitable characteristics of the above mentioned report nor the degree of satisfaction of the professional of primary care nursing. Even there is heterogeneous the attitude of the personnel of hospital nursing with regard to the report.

The objectives are to determine the satisfaction of hospital and primary care nursing staff specializing care with the above mentioned report: relevancy for his work, usefulness of the same one and to establish possible points of improvement in altars of a better clinical attention.

We performed a cross-sectional, descriptive study in nurses working in Specializing Care an Primary Care of Cantabria.  

It is possible to conclude that the professionals consider that the current report is slightly useful to plan care for not reflecting the information that they consider to be necessary. To improve this situation, they propose to be able to have more space and options to give an approach more individualized that it manages to obtain a more precise description of the situation of the patient not only in the moment of the discharge, but also during the revenue.

Artículo

foto portada

1. INTRODUCCIÓN. JUSTIFICACIÓN

La aplicación del método científico en la práctica asistencial enfermera, es el método conocido como Proceso de Atención Enfermería (P.A.E.). Este método permite a las enfermeras prestar cuidados de una forma racional, lógica y sistemática. Su principal objetivo es constituir una estructura que pueda cubrir, individualizándolas, las necesidades del paciente, la familia y la comunidad. La aplicación del P.A.E. durante el periodo que permanece ingresado un paciente demanda una continuidad de cuidados que se detallan en el plan del alta.

Según L.J. Carpenito “La planificación del alta es un proceso sistemático de valoración, preparación y coordinación que facilita la administración de unos cuidados sanitarios y asistencia social antes y después de alta. Requiere una acción coordinada y de colaboración entre los profesionales de la salud dentro del centro y la comunidad en general”1. Se inicia durante la hospitalización del paciente y finaliza con la elaboración de un informe a todos los pacientes que al abandonar el hospital precisen cuidados enfermeros y sean transferidos a otros niveles asistenciales. Establece una vía de comunicación que contribuye a potenciar y clarificar el papel del profesional de enfermería en la población a la que atiende2.. Según Marjory Gordon, la buena comunicación aumenta la posibilidad de que el cuidado enfermero continúe sin interrupción3.

Los elementos clave para garantizar el cuidado continuado son difundir, conocer y asumir por parte de los profesionales la atención continuada, tener instrumentos que lo faciliten4, establecer un circuito o sistema de coordinación a lo largo de la asistencia, estableciendo los responsables o referentes del proceso en el nivel que se sitúe5 y evaluar para poder mejorar6.

Así como el informe de alta médico es un documento obligatorio dentro de un marco legal, imprescindible para la continuidad asistencial del enfermo ya que asegura un correcto conocimiento de la patología y futuro tratamiento del paciente7, el informe de enfermería al alta recoge de forma resumida y estructurada las necesidades del paciente de manera que garantiza la continuidad de los cuidados enfermeros una vez que el paciente es dado de alta del hospital. Además, informa y orienta al paciente, cuidador y profesionales de otros niveles asistenciales como Atención Primaria (A.P.), hospitales geriátricos de apoyo de media y larga estancia, residencias de ancianos y centros de día.

Si se potenciara el informe de alta hospitalaria como vehículo de continuidad asistencial, nos acercaríamos aún más al objetivo de conseguir una atención integral de la población, y esto podría repercutir en mejoras de aspectos como la calidad asistencial, el ahorro económico, la disminución de las listas de espera, un alivio en los servicios de urgencias y la reducción de ingresos-reingresos7, así como una disminución del tiempo hasta éstos últimos8.

El informe de enfermería al alta se comenzó a plantear en los hospitales españoles recientemente en el ámbito del antiguo INSALUD en el año 1989.

En el año 1991 aparece la Cartera de Servicios de INSALUD, como el catálogo de servicios que homogeniza la oferta de los equipos y que a lo largo de su desarrollo ha ido identificando normas mínimas y básicas de la intervención de cuidados de enfermería.

En el año 1999, el contrato de gestión de A.P., determina la necesidad de definir planes de cuidados estandarizados para garantizar la utilización de los cuidados de enfermería en la práctica habitual.

Durante los años siguientes se inicia y consolida el proceso transferencial a las diferentes Comunidades Autónomas, reflejándose en diferentes Planes de Calidad la coordinación que ha de existir entre los diferentes niveles asistenciales y la utilidad del informe de enfermería al alta como garantía de la continuidad de los cuidados.

En Cantabria se comenzó a trabajar en esta área en 1998, dentro de los objetivos institucionales de las Comisiones Paritarias (Comisiones de Coordinación de Atención Primaria (A.P.) y Atención Especializada (A.E.), creadas por la Dirección Territorial del Insalud de Cantabria). Se evidenció la necesidad de crear una Subcomisión de Enfermería que coordinara los dos niveles asistenciales, ya que resultaba obvio que al finalizar la asistencia hospitalaria de un paciente, persistía la necesidad de cuidados enfermeros, los cuales tras una buena planificación podían quedar especificados en el Informe de Enfermería al Alta. Con este planteamiento se decidió crear un protocolo o guía de actuación profesional y diseñar la Hoja Informe de Enfermería al Alta. 

En el Hospital Sierrallana prácticamente todos los registros de enfermería están informatizados gracias al programa GACELA (gestión asistencial de cuidados de enfermería línea abierta)9, siendo parte inseparable de la historia clínica. Al momento del alta, la enfermera cumplimenta el informe de enfermería al alta, un documento autónomo y oficial que incluye datos de filiación del paciente, fecha de alta, fecha de recepción en A.P, procedimiento quirúrgico y tipo, fecha, procedimientos invasivos, alergias y vacunas, así como 10 ítems que corresponden a su vez a 10 necesidades (respiración, circulación, termorregulación, eliminación, movilización, alimentación, tratamiento farmacológico, seguridad, bienestar/confort, socio-sanitaria, piel-mucosa). Tras su realización, se imprimen 3 copias: una destinada al paciente, otra para su enfermera de A.P. y una tercera que se incluye en la historia clínica. Cabe comentar que es el propio paciente el encargado de hacer llegar a la enfermera de A.P. la copia que le corresponde.

Según la Evaluación del informe de enfermería al alta del año 2007 realizado por el Servicio de Medicina Preventiva, Calidad y Gestión de Riesgos Clínicos del Hospital Sierrallana, el indicador global de cumplimentación (porcentaje de informes de enfermería al alta con el 75% de los ítems cumplimentados) el valor obtenido fue de 89,6%, lo que indica una tendencia positiva tanto para los datos clínicos como administrativos destacando por otra parte el alto grado de cumplimentación de estos últimos.

Sin embargo, se observó un descenso en el indicador global cobertura (porcentaje de pacientes con informe de enfermería al alta) situándose en 89,7% siendo la cifra más baja desde el año 2003. 

Por tanto, según estos resultados, en la práctica diaria este informe se cumplimenta cada vez mejor pero no se realiza en todas las ocasiones, desconociendo los motivos. 

Estudios similares al que proponemos, de diferentes áreas geográficas españolas, demuestran que tanto las enfermeras de A.P. como las de A.E. coinciden en la importancia y necesidad de la elaboración de un informe de enfermería al alta y de una adecuada forma de envío hacia el Centro de Salud10. La valoración en general del informe suele ser positiva considerando siempre revisiones y actualizaciones periódicas para adecuarlo a su función, así como la unificación y estandarización de las recomendaciones al alta11,12. El fax se reconoce como vía válida para la tramitación del informe13,14,15.

A nivel internacional, diferentes investigaciones determinan la necesidad del uso de plantillas estructuradas y estandarizadas que ayudan a mejorar el formato y el contenido de la información de los informes de enfermería al alta siendo el modelo electrónico el más funcional 16,17, incluso proponen instrumentos de auditoría, como el Cat-Ch-Ing EPI, para determinar la fiabilidad y validez de estos informes18. Otros demuestran cómo un programa de alta hospitalaria reduce el número de reingresos en pacientes ancianos con insuficiencia cardiaca crónica19. También existen trabajos acerca de la necesidad de un enfoque individualizado en la gestión de los cuidados de enfermería al alta teniendo en cuenta determinadas variables como la edad del paciente, el género, el procedimiento quirúrgico, la familia o comunidad más inmediata y el apoyo a largo plazo20.

Otras investigaciones evidencian la satisfacción del personal de enfermería en cuanto a su utilidad para mejorar la comunicación entre enfermeras de diferentes niveles asistenciales pero detectan fallos de comunicación entre los diferentes miembros del equipo sanitario que ha atendido a ese paciente durante su ingreso21.

Centros como el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, pusieron de manifiesto la necesidad de una revisión detallada de los criterios establecidos para la realización del informe en pacientes que ingresan repetidamente con problemas similares o que viven con familiares que ya tienen información necesaria para realizar los cuidados que les proporcionan habitualmente en su domicilio2.  De la misma forma, el Servicio Vasco de Salud, establece qué pacientes son susceptibles de recibir el informe de enfermería al alta por precisar de continuidad de cuidados a partir de 28 indicaciones de enfermería22.

Todo esto puede llevar a plantearse que quizás sería útil identificar para posteriormente establecer de manera protocolarizada, una serie de indicaciones, derivadas de alteraciones de necesidades, para someter a los pacientes a continuidad de cuidados desde el ámbito asistencial especializado al primario. Para ello sería interesante conocer aquellas situaciones que las enfermeras, tanto de primaria como especializada, consideran relevantes en la planificación del alta.

 

2. OBJETIVOS

Objetivo principal:  

Evaluar si el contenido del informe de enfermería al alta es útil para el seguimiento y control del paciente, que ha sido hospitalizado, para las enfermeras a A.P.

Objetivos específicos:

Conocer la valoración de las enfermeras de A.P. de las áreas III y IV y del Hospital Sierrallana,  del Servicio Cántabro de Salud, acerca de la estructura, contenido, utilidad e indicaciones de dicho informe.

Concretar puntos de mejora del informe de enfermería al alta identificados por los profesionales de enfermería.

 

3. METODOLOGÍA

Estudio transversal y descriptivo realizado mediante la recogida de datos a partir de los cuestionarios cumplimentados por profesionales de enfermería de A.E. del Hospital Sierrallana y de A.P. de los áreas III y IV del Servicio Cántabro de Salud durante el mes de febrero de 2010. Se eligió este mes puesto que la plantilla de enfermería es la habitual (sin personal eventual, que podría ser fuente de sesgos).

Dichos cuestionarios fueron adaptados a partir de los descritos en otros trabajos previos23 para recoger mejor las características particulares del medio (Cantabria).

Se entendió que, al ser un cuestionario anónimo y voluntario, sin ningún control en la cumplimentación, equivalía al consentimiento en la participación.

 

4. SELECCIÓN DE LA POBLACIÓN

Sujetos del estudio:

Criterios de inclusión: enfermeras de A.E. que ejercen su actividad asistencial en el Hospital  

Sierrallana, responsables de la emisión del informe de enfermería al alta y sus  supervisoras (99 enfermeras)

Estas enfermeras pertenecen a los servicios de Cirugía General, Digestivo y Ginecología (planta 1A), Neumología, Otorrinolaringología y Urología (planta 1B), Cardiología, Oftalmología, Reumatología, Traumatología y Ortopedia (planta 1C), Unidad de Corta Estancia y Hospital de Día Quirúrgico (planta 2C), Medicina Interna (plantas 3A y 3C); y enfermeras de A.P. de los Áreas  III y IV del S.C.S, destinatarias de dicho informe y sus supervisoras (111 enfermeras)

Criterios de exclusión: enfermeras que trabajan en servicios que no cursen ingreso y/o alta hospitalaria

Tamaño muestral: plantilla de enfermeras que cumplan los criterios de inclusión y que se          encuentren en situación de alta laboral en el mes de febrero de 2010 (210 enfermeras y supervisoras).

Recogida de la información:

Variables: 

  • variables independientes: edad, sexo, años de ejercicio profesional, ámbito de trabajo A.E. (unidad), A.P. (rural o urbana).
  • variable dependiente: satisfacción con el informe de enfermería al alta.

Para recoger estas variables se entregó en sus puestos de trabajo a las enfermeras que cumplían los criterios de inclusión un cuestionario (ANEXO) con 12 preguntas (9 cerradas y 3 abiertas) y un espacio para comentarios o sugerencias. Allí mismo se habilitó un lugar para depositar el cuestionario una vez cumplimentado pasando a recogerlo en el plazo de 15 días.

Análisis de datos:

Se realizó una codificación de las variables que se recogió en una hoja de cálculo Excel. El tratamiento estadístico se realizó con el programa SPSS. 

Se realizó una descripción para el total de la muestra empleando para las variables cualitativas los porcentajes con su intervalo de confianza del 95% y para las cuantitativas la media aritmética, la mediana, la desviación estándar y los intervalos intercuartílicos según el tipo de variables.

También se realizó una descripción de los resultados por subgrupos en función de las variables independientes: edad, sexo, años de ejercicio profesional y área de trabajo.

 

5. RESULTADOS

Se obtuvieron un total de 131 cuestionarios (porcentaje de respuesta del 62,38%). El 85,8% de los encuestados son mujeres, frente al 14,2% de hombres. La edad media de la muestra fue 40,38 años (desviación estándar (DE)=10,1). La franja de edad más frecuente es la comprendida entre los 30 y 39 años (37,2%), por el contrario el grupo de edad más escaso es el de mayores de 60 años (2,5%). La media de años de ejercicio profesional de 17,53 años (DE=9,9). El grupo más abundante es el que tiene de 6 a 10 años de experiencia laboral (25,6%). En el polo opuesto están los que tienen entre 36 y 40 años de antigüedad (4%).

El cuanto al ámbito de trabajo, el 54,2% de los enfermeros que contestaron la encuesta pertenece a A.E. y el 45,8% a A.P., de estos, el 28,8% trabajan en  zonas rurales y el 71,2% en urbanas.

El índice de participación es superior en A.E. con un 71,71% frente al 53,15% de A.P.

grafico 1 indice a.e.

Gráfico 1. Indice de participación en A.E. por unidad

En A.E. los profesionales que más contestaron a la encuesta fueron los enfermeros de una de las unidades de Medicina Interna (100%), seguido de los integrantes del Pool de Enfermería (correturnos, staff, volantes…) (88,88%%). Se registró una menor participación por parte de los enfermeros de las Unidades Neumología, Otorrinolaringología y Urología (28,57%), seguida del Hospital de Día Quirúrgico (63,63%) .(Gráfico 1)

Por su parte, en A.P., los enfermeros de ámbito rural participaron en un 56,75% mientras que los que ejercen su profesión en zonas urbanas lo hicieron en un 45,94%.

grafico 2 indice ae zbs

Gráfico 2. Indice de participación  en A.E. por Z.B.S.


De los enfermeros encuestados, el 30,8% considera que el informe de enfermería al alta garantiza siempre o casi siempre la continuidad de cuidados desde el hospital hasta el Centro de Salud, el 33,1% responde que a veces y el 36,1% que pocas veces o nunca. (Gráfico 3)

El 17,7% estima que el informe siempre o casi siempre es útil para planificar los cuidados. El 31,5% piensa que lo es a veces y el 50,7% que pocas veces o nunca. (Gráfico 4)

pregunta 1

Gráfico 3.


pregunta 2

Gráfico 4.


Referente a la pregunta acerca de los contenidos del actual informe de enfermería al alta, el 16,2% manifiesta que reflejan siempre o casi siempre toda la información que consideran necesaria para una mejor planificación de cuidados al alta, el 34,6% opina que a veces y el 49,2% que pocas veces o nunca. (Gráfico 5)

pregunta 3

Gráfico 5.

El 82,99% de los encuestados incluiría un apartado para el diagnóstico médico, dato que no cuenta con un espacio específico en el formato actual del informe. (Gráfico 6)

pregunta 4

Gráfico 6.

El 47,7% cree que es necesario realizar un informe a todo paciente que se va de alta del hospital. El 51,9% que opinan que no es necesario, el 95,6% considera necesario establecer una serie de pautas que determinen la realización o no del informe. (Gráficos 7 y 8)

pregunta 5

Gráfico 7.

pregunta 6

Gráfico 8.

Referente a la pregunta acerca de incluir nuevos apartados, el 47,1% lo cree adecuado, siendo característica más solicitada un espacio abierto y más amplio para recomendaciones de enfermería, descripción de cuidados y medidas higiénico-dietéticas (30,9%). Un 25,45% añadiría un espacio en el que poder describir la situación del paciente desde su llegada al hospital hasta su marcha que incluyera fecha de ingreso y alta hospitalaria, diagnósticos médicos al ingreso y al alta y evolución durante la estancia hospitalaria incluyendo historia de curas. El 14,54% demanda un formato más amplio en general, sin límite de espacio, siendo la sección de curas en la que más se echa de menos el poder incluir textos más extensos e individualizados. (Gráfico 9)

pregunta 8

Gráfico 9.

En cuanto a eliminar algún apartado del informe, 25% de los encuestados responden afirmativamente. En este caso, la respuesta más frecuente apunta a suprimir aquellos ítems referidos a necesidades no alteradas al momento del alta, de manera que el informe sólo reflejara aquellas que requieren continuidad de cuidados una vez abandonado el hospital. (Gráfico 10)

pregunta 10

Gráfico 10.

De las enfermeras de A.E., a las que iba dirigida específicamente una de las preguntas, el 82,6% afirman realizar y entregar siempre el informe de alta. El 17,4% restante, que no lo realiza y/o entrega, justifica su conducta explicando que no todos los pacientes lo precisan debido a su situación al alta, bien por no requerir cuidados o por ser estos ya conocidos por el paciente o su cuidador, al tratarse de enfermos crónicos. La totalidad de enfermeras que dan esta contestación trabajan en Medicina Interna y en el Pool de Enfermería. (Gráfico 11)

pregunta 11

Gráfico 11.

Si comparamos las respuestas obtenidas entre las enfermeras de A.P. y las de A.E., encontramos resultados estadísticamente significativos en la pregunta 4 (¿Incluirías en el informe un apartado para el diagnóstico médico?) con una p= 0,006 y en la pregunta 9 (¿Eliminarías algún apartado del informe?) con una p=0,041. En ambos casos, son las enfermeras de A.P. las que optan en mayor medida por respuestas positivas, con un 93% para la pregunta 4, frente al 74,6% de A.E. y un 35,6% para la pregunta 9, frente al 18,6% de A.E. La pregunta 7 (¿Incluirías algún apartado en el informe?) se encuentra en el límite de la significación estadística con una p= 0,07. En esta ocasión también son las enfermeras de A.P., con un 55,9% las qué más se decantan por la contestación afirmativa, mientras que las de A.E. los hacen en un 40,6%. 

 

6. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Con los resultados obtenidos, se puede concluir que las percepciones en cuanto al informe de enfermería al alta por parte de las enfermeras tanto de A.P. como de A.E. son muy variadas.

Prácticamente la misma proporción de enfermeras considera tanto que el informe garantiza la continuidad de cuidados siempre o casi siempre como que lo hace pocas veces o nunca. Los resultados en cuanto a la utilidad del informe que perciben las enfermeras para la planificación de cuidados son más rotundos pues algo más de la mitad piensa que pocas veces o nunca les resulta útil. La explicación la podemos encontrar al conocer que casi la mitad de las enfermeras considera que el informe pocas veces o nunca refleja toda la información necesaria para la correcta atención del paciente una vez dado de alta.

Curiosamente, la mayoría incluiría un apartado para detallar el diagnóstico médico quizás para poder obtener datos específicos para el cuidado, sin embargo, sólo un pequeño grupo de enfermeras de A.P., probablemente por una preferencia por conocer las necesidades derivadas de las respuestas humanas del paciente y familia para planificar cuidados específicos por medio del P.A.E., incluiría los diagnósticos enfermeros.  

En general, la mayoría de las respuestas obtenidas tanto de las enfermeras de hospital como las de A.P., reclaman un informe de enfermería con una estructura diferente. Como modificación principal proponen un diseño con espacios abiertos y amplios en los que poder incluir anotaciones referentes al paciente que permitan aportar y recibir información más individualizada y específica del enfermo, así como recomendaciones y consejos higiénico-dietéticos para este. Además, otras sugerencias apuntan a la posibilidad de realizar una breve historia del paso del enfermo por el hospital que abarque las fechas de ingreso y alta, los diagnósticos en los dos momentos, la evolución durante la estancia hospitalaria y un resumen de las curas realizadas si es oportuno.

Especial atención merece el hecho de que algo más de la mitad de las enfermeras encuestadas opinen que no es necesario realizar un informe de alta de todo paciente ingresado (sin diferencias significativas entre A.P y A.E.) y que sólo una minoría de las enfermeras de hospital (todas ellas de la unidad de Medicina Interna y del Pool de Enfermería) reconozca no hacerlo ni entregarlo siempre, confirmando así, los datos obtenidos en las evaluaciones previas realizadas por el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Sierrallana. Futuras investigaciones podrían determinar los motivos de esta discrepancia en la manera de pensar y actuar. 

El estudio actual revela que los argumentos de los que reconocen no hacer y/o entregar siempre el informe son comunes: por una parte la ausencia cuidados de enfermería en el momento del alta y por otra, la certeza de que estos ya son conocidos por el paciente o su cuidador habitual cuando se trata de enfermos crónicos. Además, algunas enfermeras de A.E., tanto de las que realizan el informe, como de las que no lo hacen, manifiestan que el informe no es útil para sus compañeras de A.P.

También se puede afirmar que casi todas las enfermeras que opinan que no es necesario realizar un informe de todo paciente dado de alta piensan que se podría establecer una serie de indicaciones de enfermería, concretamente las que requieren continuidad de cuidados, y que consensuadas desde A.P. y A.E, determinaran la conveniencia o no de emitir el informe de alta.

Finalmente, podemos decir que los profesionales que elaboran y reciben el informe de enfermería al alta, tienen opiniones muy variadas, pero coinciden en considerar al actual informe poco útil para planificar los cuidados por no reflejar la información que consideran necesaria. Para mejorar esta situación, proponen  poder disponer de más espacio y opciones para dar un enfoque más individualizado que consiga obtener una descripción más precisa de la situación del paciente no sólo en el momento del alta, sino también durante el ingreso. 

La utilidad de dicho informe para el paciente y la familia, es un tema que también debe preocupar pero que deberá posponerse para futuros trabajos de investigación.

 

7. AGRADECIMIENTO

El presente estudio fue realizado bajo la supervisión de Pedro Muñoz Cacho.


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