Sanitas Residencial Santander homenajea a Maruja Tomé para conmemorar el Día Internacional de la Enfermería

  • 15/05/12
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Con motivo del Día Internacional de la Enfermería, Sanitas Residencial Santander homenajeó el pasado viernes a Maruja Tomé, enfermera de 93 años que en 1955 fue la primera presidenta del recién creado Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria.

Con motivo del Día Internacional de la Enfermería, Sanitas Residencial Santander homenajeó el pasado viernes a Maruja Tomé, enfermera de 93 años que en 1955 fue la primera presidenta del recién creado Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria. El acto contó con la presencia de la actual presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Cantabria, Rocío Cardeñoso, y la directora del centro Sanitas Residencial Santander, Teresa Pampín.

Marta Jiménez, enfermera de Sanitas Residencial Santander realizó un discurso en el que destacó la necesidad de “hacer una pausa para mirar a nuestro alrededor e intentar aprender de nuestros mayores, tan venerados en muchas culturas y a menudo tan olvidados en la nuestra”. También quiso incidir en la valía de Maruja Tomé dedicada al cuidado de los mayores, en su opinión, “una labor que ha cambiado mucho, pero cuya esencia sigue siendo la misma: cuidar”.

Para Marta Jiménez “la labor de las enfermeras en el ámbito de la atención a las personas mayores requiere de una combinación de distintas competencias profesionales: tacto, delicadeza, respeto al paciente y agudeza intelectual. Y este perfil profesional debe responsabilizarse del proceso de los cuidados para garantizar una atención individualizada, lo que permitirá priorizar problemas y establecer un plan de atención adaptado y el desarrollo de actividades de prevención de la enfermedad”.

Maruja Tomé y los orígenes de la salud pública

En una época dura y con muchas necesidades, pues Santander sufría los problemas  propios de una postguerra y del incendio de la ciudad ocurrido el año anterior, María Dolores (Maruja) Tomé comenzó su andadura profesional en 1942 como enfermera por oposición en la Sanidad Nacional en la recién inaugurada policlínica ‘18 de julio’ de Santander, por lo que también celebra este año su 70 aniversario como enfermera.

En 1945 pidió el traslado al dispensario antituberculoso de Marqués de la Hermida,  donde desarrolló su labor profesional dedicada a la educación y prevención de la tuberculosis, una enfermedad muy común en aquella época y para la que no existían prácticamente recursos. Ese tipo de dispensarios fueron el germen y el fundamento de la sanidad pública actual.

En 1950 participó en la puesta en marcha del primer ambulatorio del SOE (Seguro Obligatorio de Enfermedad y origen de lo que hoy es la Seguridad Social) en la calle  Juan de Herrera y que con posterioridad se trasladó a la calle Isabel II, donde hoy está el centro de salud. En este ambulatorio prestó servicios en radiología y en electroterapia y desde 1964 fue subjefa de enfermeras. En 1974 se trasladó al servicio de Radiología de Valdecilla, donde realizó la especialidad, y en 1975 fue nombrada adjunta a la Dirección de Enfermería del Hospital, cargo en el que permaneció hasta su jubilación.

El Colegio de Enfermería de Cantabria

En el año 1944 se crean los Colegios Oficiales de Auxiliares Sanitarios y el Consejo General de Colegios, que acogían a practicantes, enfermeras y matronas. El Consejo General agrupa a los Colegios provinciales y es el máximo órgano profesional y de representación y está estructurado en tres secciones correspondientes a las tres titulaciones existentes. En los Colegios Provinciales se seguía la misma organización y existían secciones colegiales en función del sexo –ATS masculinos y practicantes, por un lado, y ATS femeninos, enfermeras y matronas, por otro–, que funcionaban de forma independiente, lo que deja claro la existencia en la práctica de tres profesionales distintos: enfermeras, practicantes y matronas.

El Decreto de 27 de junio de 1952  refunde los planes de estudio de los profesionales de enfermería, reorganizándose el colectivo (también existía en esa época el Colegio de Practicantes) creándose en 1955 el que se puede considerar como primer Colegio de Enfermería de Cantabria, en el que Maruja Tomé se dio de alta el 27 de abril de ese año con el carnet número 32 y asumió la presidencia, cargo en el que permaneció hasta aproximadamente el año 1966.

En 1993 se constituye dentro del Colegio de Cantabria la asociación de Colegiados Jubilados y Maruja forma parte de aquella junta directiva.

El Colegio de Enfermería de Cantabria la nombra en 1995 ‘Colegiada de Honor’ y le hace entrega de la Medalla de Oro en atención a los méritos contraídos y los servicios prestados a esta profesión.