Sanitas Residencial Santander renueva la acreditación de centro libre de sujeciones

  • 11/10/13
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Para celebrar que el centro de atención al mayor que Sanitas Residencial Santander posee en la capital cántabra ha renovado su acreditación como centro libre de sujeciones, invitaron al doctor Antonio Burgueño, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y actualmente director del programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de alzhéimer’, para impartir una conferencia a la que asistieron la presidenta del Colegio de Enfermería y la jefa del Servicio de Inspección de Servicios Sociales de la Consejería de Economía, Sara Negueruela, y diversos profesionales enfermeros de diversos hospitales y centros sociosanitarios.

Para celebrar que el centro de atención al mayor que Sanitas Residencial Santander posee en la capital cántabra ha renovado su acreditación como centro libre de sujeciones, invitaron al doctor Antonio Burgueño, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y actualmente director del programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de alzhéimer’, para impartir una conferencia a la que asistieron la presidenta del Colegio de Enfermería y la jefa del Servicio de Inspección de Servicios Sociales de la Consejería de Economía, Sara Negueruela, y diversos profesionales enfermeros de diversos hospitales y centros sociosanitarios.

Las caídas se incrementan cuanto mayor es la persona, sobre todo si padecen demencia. En las residencias el 67% de las personas internas suelen consumir antipsicóticos y, de ellas, el 91% padecen demencia, lo que les obliga, en muchos casos, a tener una vida sedentaria y encamada, que provoca la aparición de úlceras por presión, osteoporosis y osteomalacia, atrofia muscular, retracciones articulares y musculares, alteración de la ventilación pulmonar –menor eficacia para expulsar secreciones riesgo de infecciones respiratorias, hipoxia, al alterarse la relación ventilación/ perfusión–, pérdida de volumen sanguíneo, deshidratación, etc.

Antonio Burgueño, doctor con amplia trayectoria en el desarrollo de planes de formación, guías divulgativas y protocolos para erradicar las sujeciones, incidió en que resulta imprescindible llevar a cabo la eliminación de sujeciones basándola en dos puntos fundamentales: realizar una correcta planificación y prevenir cual será el efecto de su eliminación. No obstante, este proceso no es sencillo ni tampoco inmediato, exige unos tiempos y unos cuidados individualizados.

La eliminación de sujeciones supone que las personas con demencia puedan vivir con dignidad y, por ello, es necesario un análisis exhaustivo de cada caso, dada su diversidad. En este sentido, Burgueño destacó el trabajo realizado en Sanitas Residencial Santander, donde gracias a la implicación del equipo multidisciplinar consiguió la acreditación como Centro Libre de Sujeciones, que otorga la Confederación Española de Organizaciones de Mayores.

La erradicación de las sujeciones permite que personas con demencia, que apenas tenían movilidad y una vida fuera de una posición postrada, hayan recuperado la marcha y el ritmo deposicional diurno, la incontinencia diurna, no presentan agitación, consiguen una vida social más activa, etc.

Sin duda, esto es posible por la implicación de sus equipos multidisciplinares que han recibido una formación específica para la eliminación de sujeciones pero también para saber qué es lo mejor para el mayor en temas como rehabilitación, fisioterapia o convalecencias.

Una vez que conocen los pros y contras de esta técnica, ponen en marcha actuaciones para su erradicación definitiva –retirada de barandillas, asistencia a talleres de RH, retirada de sujeciones diurnas, diseño de circuito de deambulación, ajuste de la medicación, reeducación de esfínteres, planificación de franjas horaria, etc.–, mejorando la calidad de vida de la persona, así como su comportamiento conductual, un aumento de su autonomía y todo lo que esta conlleva: movilidad, ritmo intestinal, recuperación del sueño y una reducción de caídas.

En los familiares se produce una sensación de tranquilidad y una mayor implicación en la vida del centro y en los cuidados del residente, mientras que el personal tiene una percepción de mayor utilidad e implicación en su trabajo.